miércoles, enero 31, 2007

Contra la gratuidad dañina



Sólo contarles que hace unos días emprendo una acción matinal: camino al tren que me lleva al trabajo voy recogiendo periódicos gratuitos, los metro, 20minutos, qué, adn, antes los leia y los dejaba para otros, ahora los estrujo y los tiro a la basura o al container. Los recojo de los estantes del vagon, les pido a los repartidores que estan con los carros a la puerta del metro, les pido 3, 4, 5, hoy me tope con una pila abandonada por un repartidor con la que no supe que hacer, en fin, me pongo como una posesa y por lo menos sé que hoy imposibilite la lectura de más o menos 30 ejemplares de los pasquines de mierda, o sea 60 o 90 lectores afectados, no esta mal y da mucho placer, digo, por si andan por el centro a las 9 de lamañana.
AD.

2 comentarios:

sublibrarian of the year dijo...

¡Loca!

¡¡¡¡¡Loooooocaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!

LOUKAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.

Bueno... En realidad no soy nadie para juzagarla a usted, yo mismo emnprendo acciones de represalia contra mis semejantes todos los días.

Siento decirlo de esta forma tan cobarde pero no puedo soportar más el peso de mi culpa: hago mobbing a los usuarios de la biblioteca que me caen mal.

A un skin escuchimizado que entró el otro día en la biblioteca gritando ¡muerte al estado sionista! -¿?- le puse al lado de un senegalés de 1,90 en internet. No abrió la boca en toda la tarde.

A una abuela impertinente que me grita como si hubiera manchado sus tapetes le cambio los patrones del Burda y la estoy volviendo medio lela. Me recuerda a una cuidadora que tuve en el jardín de infancia ¡cómo la odiaba!

Sé que es una faceta deplorable de mi personalidad, pero no puedo evitarlo... y vale, sí... disfruto con ello. No estoy orgulloso pero me puede mi hedonismo.

No les aburro más.

Saludos cordiales,

Anónimo dijo...

Pues yo no sólo NO los tiro a la basura, sino que cada mañana reparto 15 ejemplares de Qué y Metro entre las compañeras y compañeros de mi oficina.

En cuanto a sublibrarian:

¡¡QUÉ VERGÜENZA!!

No deberían dejar que alguien como vd. ocupe un puesto de trabajo en una biblioteca pública, que le recuerdo pagamos entre todos y no precisamente para que un descerebrado sacie sus bajos instintos.

Y sepa que he visitado su blog y todavía me siento sucia por la experiencia.